Una vez me dijeron que en una vida pasada fui artesana. La realidad es que hacer cosas con las manos me da paz, y a la vez, un cierto poder.
Mi mirada está atravesada por un espíritu curioso que juega con imágenes y con aquello que provocan en la mirada del otro. Tienen mucho que decir, aunque no de mí – o sí, pero no es lo que importa – sino de quien las observa.
Son todos esos mundos significantes posibles lo que me resulta más interesante. Un pequeño vistazo a las profundidades psíquicas de un otro.